dc.description.abstract | En la Galicia del Antiguo Régimen, las instituciones eclesiásticas, la nobleza
titulada y la hidalguía percibían ingentes cantidades de rentas de cereales y vino en concepto
de foros, arriendos y diezmos, fundamentalmente. Tales excedentes podrían abastecer una
ciudad de 200.000 habitantes, pero en Galicia la población que vivía en núcleos de más de
1.000 no sumaba 60.000 personas en 1750. Si los mercados urbanos no podían absorber el
grueso de las rentas hay que preguntarse por el destino de éstas, y al respecto los libros de
cuentas de monasterios y casas hidalgas ponen de manifiesto que una cosa era la teoría y otra
la práctica, dado que muchas cargas fijadas en especie se satisfacían en dinero, lo que significa
que los campesinos compraban una parte de su propia cosecha, debiendo para ello participar
en el mercado de productos o de mano de obra. |